Hay tres elementos principales que forman la topografía de Valparaíso, la bahía, la planicie o “plan”, y los cerros.El contacto entre los cerros y el plan no es suave, con los acantilados que sólo se interrumpe de vez en cuando con las estrechas quebradas que se abren al plan. La necesidad de escalar estos acantilados inició la instalación de escalerass y funiculares que son parte del patrimonio de Valparaíso. Las quebradas se han transformado en vías de acceso a los cerros, pero también por ellas los cerros descienden sobre la ciudad en grandes avalanchas de barro después de cada lluvia. El clima, la vegetación y el suelo se unen para agravar el problema.
La bahía es protegida por el sur, pero totalmente abierta al norte. No ofrece abrigo natural contra los vientos invernales que soplan del noroeste, que producen temporales de desastrozos efectos para la ciudad. El rápido descenso de la plataforma continental permite la entrada de cualquier tamaño de barco, y sólo es necesario dragar el puerto ocasionalmente, para quitar el material depositado por los aluviones.
Los cerros producen mucho riesgo para la ciudad de Valparaíso, en cuanto a los derrumbes que se producen en las laderas. Los peligros son constantes, y su potencialidad afecta como riesgo a las innumerables quebradas y pie de cerros de la ciudad.
La roca de los cerros está muy fuertemente metamorfoseada y meteorizada, en el transcurso del tiempo geológico y de los elementos climáticos. El acantilado costero y los cerros están expuestos a un riesgo evidente de grandes aluvionamientos.
En Valparaíso, la forma de aluvionamiento corresponde a los derrumbes de material rocoso que sepultan prácticamente toda la superficie que se encuentra cerro abajo. Las lluvias se presentan en forma esporádica y violenta, y se concentran en el otoño e invierno. Se clasifican como torrenciales, por su violencia y por su escasa duración. La duración puede ser por lapsos entre una y dos horas, o por un día completo, y puede desaparecer por semanas.
El viento también juega un rol en la erosión de la ciudad. Hay un viento muy violenta que viene del Pacífico del suroeste, y es muy erosivo, contribuyendo a la meteorización del suelo, pero sin la misma violencia que las lluvias. La acción antrópica que desmonta la cubierta vegetal permite la aceleración de la desintegración potencial de la roca.
Las laderas de los cerros se presentan bastante deteriorados, erosionadas por sus pobladores, que arrancan la vegetación natural para establecer sus viviendas. Estos fenómenos naturales no se pueden evitar, pero sí mitigar en sus efectos. Pero esto se requiere un cambio cultural, de actitud de las personas, desde el simple público común hasta de las autoridades.
La bahía es protegida por el sur, pero totalmente abierta al norte. No ofrece abrigo natural contra los vientos invernales que soplan del noroeste, que producen temporales de desastrozos efectos para la ciudad. El rápido descenso de la plataforma continental permite la entrada de cualquier tamaño de barco, y sólo es necesario dragar el puerto ocasionalmente, para quitar el material depositado por los aluviones.
Los cerros producen mucho riesgo para la ciudad de Valparaíso, en cuanto a los derrumbes que se producen en las laderas. Los peligros son constantes, y su potencialidad afecta como riesgo a las innumerables quebradas y pie de cerros de la ciudad.La roca de los cerros está muy fuertemente metamorfoseada y meteorizada, en el transcurso del tiempo geológico y de los elementos climáticos. El acantilado costero y los cerros están expuestos a un riesgo evidente de grandes aluvionamientos.
En Valparaíso, la forma de aluvionamiento corresponde a los derrumbes de material rocoso que sepultan prácticamente toda la superficie que se encuentra cerro abajo. Las lluvias se presentan en forma esporádica y violenta, y se concentran en el otoño e invierno. Se clasifican como torrenciales, por su violencia y por su escasa duración. La duración puede ser por lapsos entre una y dos horas, o por un día completo, y puede desaparecer por semanas.
El viento también juega un rol en la erosión de la ciudad. Hay un viento muy violenta que viene del Pacífico del suroeste, y es muy erosivo, contribuyendo a la meteorización del suelo, pero sin la misma violencia que las lluvias. La acción antrópica que desmonta la cubierta vegetal permite la aceleración de la desintegración potencial de la roca.
Las laderas de los cerros se presentan bastante deteriorados, erosionadas por sus pobladores, que arrancan la vegetación natural para establecer sus viviendas. Estos fenómenos naturales no se pueden evitar, pero sí mitigar en sus efectos. Pero esto se requiere un cambio cultural, de actitud de las personas, desde el simple público común hasta de las autoridades.
2 comentarios:
hola, soy Arquitecto, y me parecen muy interesantes las imágenes que compusiste de Valparaíso y tu especial mirada, muy gráfica y decidora.
saludos y felicitaciones
interesante
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